V. CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA


De todo cuanto existe. Visible e invisible. Todo es obra de su amor. Él crea y cría cada ser vivo. Cada realidad.

Yo no creo en el azar. Cada semana juego a la Bono Loto y ¡qué difícil es acertar seis números! Sólo seis. Y nunca acierto. ¿Cómo voy a aceptar que todo cuanto existe ha surgido por pura casualidad, por simple azar?

Yo no sé cómo fue el origen del mundo. Tal vez podrán explicarlo algún día los científicos. No sé cómo fue el origen. Pero sé dónde estuvo: en Dios.

La experiencia me demuestra que ninguna realidad de este mundo es eterna: todo nace y muere. ¿Cómo se puso en marcha este continuo devenir? No sé cómo. Pero sé quién lo hizo: Dios.

Yo no niego los datos de la ciencia. Yo no niego el "big bang" del que hablan los científicos, esa gran explosión de la que surgió todo y a partir de la cual comenzó a expandirse el mundo. Aunque, según creo, cada vez hay más científicos que ponen en duda esa teoría, yo no necesito negarla. No es incompatible con mi fe en Dios creador.

Yo no niego la teoría de la evolución de las especies. No me hace falta. No contradice mi fe en Dios creador. Darwin también creía en ese mismo Dios.

Yo afirmo que al principio de todo se encuentra Dios. Aunque no pueda saber cómo. Por eso el autor bíblico nos habla de una obra en seis días; de unas figuras de barro que cobran vida. Sé que eso no es ciencia. No es historia. Es mito. Un mito en el que late la fe en un Dios creador, origen, y también meta, (Alfa y Omega) de todo cuanto existe.

No sé cómo. Pero creo que todo ha salido de Dios y hacia Dios tiende. Lo demás sería azar. Y el azar es difícil. El mundo no puede ser un boleto de lotería que tocó por casualidad. El mundo fue querer de Dios.

¿Y qué podemos decir de Adán y Eva? ¿Es verdad que Dios creó al hombre y la mujer? Y si todos descendemos de una sola pareja, ¿por qué, por ejemplo, hay diversidad de razas humanas? Por otra parte, ¿podemos afirmar que Dios nos ha creado a cada uno de nosotros? Cuando yo afirmo en clase algo semejante, siempre hay algún alumno que protesta y aclara que a él lo crearon su padre y su madre. Y comienzan las bromitas... ya sabes.

Lo primero que debe quedarte claro es que los relatos bíblicos que hablan de la creación son mitos y no narraciones históricas o tratados científicos. Es decir, los cristianos creemos la verdad de fondo que hay en esos relatos (o sea, que todo ha sido creado por Dios, que Él es el origen de todo cuanto existe) y no el detalle de la narración. Seguramente, no es cierto que Dios esculpiera en barro una figura humana, le soplara su aliento divino y naciera el primer hombre... Probablemente, ni siquiera Adán y Eva fueron personajes históricos que existieron realmente (como existió Jesús o Carlos V); son personajes míticos que representan a toda la humanidad. Por tanto, no sabemos cómo fue el origen (eso tendrá que averiguarlo la ciencia), pero sabemos que Dios es el origen (ésa es nuestra fe).

Por esta razón, nuestra fe no contradice los datos de la ciencia. Ni las teorías del big bang ni las de la evolución. Mi fe no las excluye necesariamente.

Aunque no sé cómo, yo creo que al principio, Dios creó el cielo y la Tierra. Y Él los recrea a cada instante. Todo cuanto existe ha sido creado por Dios. Todo es criatura de Dios. Y Él cuida de sus criaturas.




La Palabra de Jesús:

No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido?

Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede , por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se cansan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Pues, si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego, Dios la viste así, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?

No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se preocupan los que no tienen fe; vuestro Padre celestial ya sabe que tenéis necesidad de todo eso.

Buscad primero su Reino y su justicia y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con sus propias preocupaciones.

(Del Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículos del 25 al 34.   Mt. 6, 25-34)



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Mt. 19, 1-9       "¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra?"

Jn. 1, 1-18       "En el principio existía la Palabra (...) y la Palabra era Dios. (...) Todo se hizo por ella".

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