De todo
cuanto existe. Visible e invisible. Todo es obra de su amor. Él crea y cría
cada ser vivo. Cada realidad.
Yo no
creo en el azar. Cada semana juego a la Bono
Loto y ¡qué difícil es acertar seis números! Sólo seis. Y nunca acierto.
¿Cómo voy a aceptar que todo cuanto existe ha surgido por pura casualidad, por
simple azar?
Yo no
sé cómo fue el origen del mundo. Tal vez podrán explicarlo algún día los
científicos. No sé cómo fue el origen. Pero sé dónde estuvo: en Dios.
La
experiencia me demuestra que ninguna realidad de este mundo es eterna: todo
nace y muere. ¿Cómo se puso en marcha este continuo devenir? No sé cómo. Pero
sé quién lo hizo: Dios.
Yo no
niego los datos de la ciencia. Yo no niego el "big bang" del que hablan los científicos, esa gran explosión de la que surgió todo y a
partir de la cual comenzó a expandirse el mundo. Aunque, según creo, cada vez
hay más científicos que ponen en duda esa teoría, yo no necesito negarla. No es
incompatible con mi fe en Dios creador.
Yo no
niego la teoría de la evolución de las especies. No me hace falta. No
contradice mi fe en Dios creador. Darwin
también creía en ese mismo Dios.
Yo
afirmo que al principio de todo se encuentra Dios. Aunque no pueda saber cómo.
Por eso el autor bíblico nos habla de una obra en seis días; de unas figuras de
barro que cobran vida. Sé que eso no es ciencia. No es historia. Es mito. Un
mito en el que late la fe en un Dios creador, origen, y también meta, (Alfa y
Omega) de todo cuanto existe.
No sé
cómo. Pero creo que todo ha salido de Dios y hacia Dios tiende. Lo demás sería
azar. Y el azar es difícil. El mundo no puede ser un boleto de lotería que tocó
por casualidad. El mundo fue querer de Dios.
¿Y qué
podemos decir de Adán y Eva? ¿Es verdad que Dios creó al hombre y la mujer? Y
si todos descendemos de una sola pareja, ¿por qué, por ejemplo, hay diversidad
de razas humanas? Por otra parte, ¿podemos afirmar que Dios nos ha creado a
cada uno de nosotros? Cuando yo afirmo en clase algo semejante, siempre hay
algún alumno que protesta y aclara que a él lo crearon su padre y su madre. Y
comienzan las bromitas... ya sabes.
Lo primero
que debe quedarte claro es que los relatos bíblicos que hablan de la creación
son mitos y no narraciones históricas o tratados científicos. Es decir, los
cristianos creemos la verdad de fondo que hay en esos relatos (o sea, que todo
ha sido creado por Dios, que Él es el origen de todo cuanto existe) y no el
detalle de la narración. Seguramente, no es cierto que Dios esculpiera en barro
una figura humana, le soplara su aliento divino y naciera el primer hombre...
Probablemente, ni siquiera Adán y Eva fueron personajes históricos que
existieron realmente (como existió Jesús o Carlos V); son personajes míticos
que representan a toda la humanidad. Por tanto, no sabemos cómo fue el origen
(eso tendrá que averiguarlo la ciencia), pero sabemos que Dios es el origen
(ésa es nuestra fe).
Por
esta razón, nuestra fe no contradice los datos de la ciencia. Ni las teorías
del big bang ni las de la evolución.
Mi fe no las excluye necesariamente.
Aunque
no sé cómo, yo creo que al principio, Dios creó el cielo y la Tierra. Y Él los recrea a cada instante. Todo cuanto
existe ha sido creado por Dios. Todo es criatura de Dios. Y Él cuida de sus
criaturas.
La Palabra de
Jesús:
No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis,
ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el
alimento y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni
recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede , por más que
se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?
Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los
lirios del campo, cómo crecen; no se cansan, ni hilan. Pero yo os digo que ni
Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Pues, si a la hierba
del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego, Dios la viste así, ¿no lo
hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a
comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas
cosas se preocupan los que no tienen fe; vuestro Padre celestial ya sabe que
tenéis necesidad de todo eso.
Buscad primero su Reino y su justicia y todas esas
cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el
mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con sus propias
preocupaciones.
(Del Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículos del
25 al 34. Mt. 6, 25-34)
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Mt. 19, 1-9 "¿No habéis leído que el Creador, desde
el comienzo, los hizo varón y hembra?"
Jn. 1, 1-18 "En el principio existía la Palabra
(...) y la Palabra era Dios. (...) Todo se hizo por ella".
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